La Sociedad de los Poetas Muertos

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Una tarea de la Mestría y un comentario de una participante en el Facebook me hacen rescatar este post, de la película, “La Sociedad de los Poetas Muertos”, la primera vez que ví esta película fue por recomendación de un profesor y amigo, muy querido, despues la proyecté varias veces a los estudiantes de iniciación universitaria y ahora la veo desde el curso de desarrollo Integral para la Vida de la Mestría Robinsoniana. Es una obra que no te cansas de ver y mucho mas cuando se siente compromiso con la educación, con el cambio, con la vida. La película resulta un documental de importancia para todo docente que no quiere enseñar, pero si trascender en la vida de sus estudiantes.

Se trata de una película muy triste, pero real,-es mas- me ayudó a entender muchas cosas que pasan aun en esta época, donde las universidades están consientes de su papel de gestoras de cambios en la sociedad.

En cuanto a la historia, ésta transcurre 1959, en la prestigiosas Academia de Welton, misma que posee cuatro postulados: “Tradición, Honor, Disciplina y Excelencia”. Pero transmitidos de manera tradicional, fría y alejada de toda afectividad hacia sus estudiantes. Pero la historia cambiaría con la incorporación del profesor Keating, quien con ideas vanguardista hace sentir a los jóvenes como parte importante de la escuela y les transmite tal afecto que los reta a que lo llamen, “Oh Capitán, mi capitán” tal como Walt Whitman llamaba fallecido presidente Lincoln.

Keating desde el primer día fue innovador, los sacó del frio salón de clases y cuando estaban en él, les hacia cosas diferentes, como arrancar las paginas de los libros que él consideraba porquerías o ver las cosas desde otro lugar, que era simplemente parados en las mesas. Al punto que hizo que sus estudiantes se interesaran en investigar de donde había salido este profesor, por eso consiguen su anuario y se enteran de La Sociedad de los Poetas Muertos; les contó de que se trataba y los jóvenes quisieron participar en ella, reanimarla para poder salir de lo común.

De allí, tomaron el gusto a la poesía por lo que siguieron con las juntas. Los jóvenes, van desarrollando su libertad interna y sólo tratan de expresarla, por lo que Neil (uno de los chicos) consigue el rol de protagonista en una obra de William Shakespeare. Todd logra despojar su timidez por un momento en una tarea de poesía, donde esta fluyó espontánea, sin antes crearla. Knox se atrevió a declararle su amor a una joven sin importarle lo que pudiera suceder, y Charles invitó a dos chicas a la cueva, liberándose y planteando un tema…el de dejar entrar mujeres a Welton. Posteriormente se colocó un seudónimo: Nuwanda.

En una publicación de la revista escolar hay un artículo en donde sin prejuicios se hace hincapié a dejar ingresar chicas a Welton, con la firma de la sociedad de los poetas muertos, por lo que el rígido Dr. Nolan decide llamar a conferencia con los estudiantes para investigar quien fue el que quebrantó los pilares de Welton. De pronto suena un ring, contesta Charles Dalton y dice: “Señor Nolan, es para usted, es Dios, dice que debería haber chicas en Welton”. (esta parte me encantó)

Ante los problemas de Neil relacionados a que su padre le dice que abandone el papel principal de la obra, para encontrarle una solución a esta problemática Keating le recomienda hablar, atreverse, mirar a los ojos a su padre y decirle lo que a él realmente le gusta en la vida, carpe diem, nade se pierde con intentarlo. Neil le hace caso y decide hablar con su padre, el que le brinda la oportunidad de actuar por única vez. Se está presentando la obra que es El sueño de una noche de verano, que simboliza la única oportunidad que Neil tendrá para poder cumplir su sueño, la actuación. Mas repentinamente aparece su padre, quien al concluir la obra se lleva a casa sin felicitar a su hijo por el excelente cometido, cosa que si hicieron todos sus compañeros y amigos.

Neil decepcionado saca la corona que había utilizado en la obra y la coloca con mucha impotencia y tristeza en la ventana; representando así que sus sueños se le iban por la borda, todo quedaba en el aire, y la única solución es matarse porque piensa quizá que no es capaz de enfrentarse a su padre y que no tiene las agallas para contrariarlo. Piensa que su padre así entenderá que lo que importa es lo que su hijo quería ser y no la arbitrariedad de su decisión de imponerle un futuro no deseado, para poder así ayudar a toda una comunidad que padece los mismos problemas en Welton. Tras el suicidio de Neil, los jóvenes acongojados de la SPM sienten que el padre del fallecido fue el culpable y le endosan toda esta responsabilidad a él. Al contrario, el Señor Perry dice a las autoridades de Welton que Keating está rebelando a sus hijos y los está tratando de hacer libre pensadores a los 17 años.

Por lo que el profesor de literatura es, a los ojos de Nolan y sus séquitos de la dirección el culpable de dicho acto tan terrible. Para poder culpar a Keating, antes realizan un sumario e investigación en donde se obliga a firmar a cada uno de los poetas muertos y a reconocer que Keating fue el culpable. Así que, sin más remedio que irse, Keating recogía sus pertenencias durante una clase, para luego cruzar el salón por última vez, esta vez con el pupitre de Neil Perry vacío. Es aquí cuando Todd Anderson se levanta repentinamente y dice: “Nos obligaron a firmar señor Keating”. Los jóvenes, uno a uno comienzan a pararse sobre sus bancos diciendo: “Oh Capitán, mi Capitán” al que Keating responde con una breve y simple frase, pero que deja caer toda la gratitud, ya que no desecharon lo que él les enseñó e hicieron del Carpe Diem una de las armas más letales contra la sociedad opresora: “Gracias muchachos, gracias”.