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Se busca un colegio

En este momento, entiendo por qué existen los colegios católicos, evangélicos, judíos, cristianos, internacionales, etc, etc.
Definitivamente es muy difícil tener un ideal determinado y que los hijos se encuentren en sus respectivos colegios con información completamente contradictoria a lo que los padres manejamos.
Yo hasta ahora, he pensado que mis hijos son libres, que como diría Heidegger son seres arrojados al mundo (como somos todos) y que ellos se construirán sus propias ideas en la medida que van creciendo.
Pero me rindo, tiro la toalla, no puedo con esto. Necesito adoctrinar a mis hijos como lo haría un evangélico, un judío o mejor, un cristiano a ultranza.
Son las 12:30 de la madrugada y mi hija anda para la Feria Internacional de Barquisimeto, viendo nada mas nada menos que al patán de Ricardo Arjona. ¿De qué me quejo si yo le di permiso?, y como no la dejaba ir, si la niña se llamó a todas sus primas cuadrando con quien ir, puso a su tía a hablar conmigo para explicarme que ella la llevaría y la esperaría, ni siquiera me pidió plata porque con lo que le regalaron en su cumpleaños tenía dinero para ir, me lo suplicó y me hizo mil promesas que dudo que pueda cumplir.
Tampoco estoy quejándome porque estoy preocupada por su seguridad, aunque entre esa cantidad de gente no es anormal un accidente (es estadísticamente posible), pero confiando en la tía de mi hija, espero que todo esté bien.
Lo que si me tiene estresada, es ver que mis hijos están creciendo y se están yendo por unas rutas diferentes a las que yo tomé en mi vida, hacen cosas, propias de su edad, pero que yo nunca hice, y de paso siempre he criticado.
Por ejemplo, ¿cómo le va a gustar Ricardo Arjona? Un pelele que no canta nada, que ha escrito 4 versos y los conjuga en todas las canciones en orden distinto, que de cada 3 canciones en 2 insulta a una mujer, que es arrogante y que usa la misma música para todas las canciones.
Para, contribuir en los gustos musicales de mis hijos, estoy decidida a inscribirlos en el conservatorio de música a ver si con eso, se dejan de estar escuchando locos que se la tiran de cantantes.
Pero con eso no acaba el problema, el cuento de los 15 años de mi hija apenas comienza, la niña se montó un cerebro de que los 15 son lo más importante en la vida de una mujer. Quería fiesta, zapatilla, vals, cortejo, show musical y no sé cuantas cosas más.
¿De dónde sacó todo eso?, de sus amiguitas del colegio. Que por supuesto sueñan lo mismo, a unas se les ha hecho realidad y otras están a punto de hacerlo cuando cumplan los anhelados 15.
Para mí, los 15 años son una imposición social, que de paso es tercermundista, muestra de nuestro atraso y falta de personalidad. Heredada de la época de la colonia, en la que a los 15 años se presentaban a las señoritas en sociedad, lista para comprometerlas con el mejor postor. Poco a poco, se ha ido adaptando, pero el efecto es el mismo, una necedad social para medir cualquier cantidad de cosas vánales.
A fin de cuentas, mi hija se tuvo que resignar que su mamá no se iba a montar en el autobús de la fiesta de 15, pero igualito me aplicó una guerra psicológica que consistía en recalcarme una vez al día que este años cumplía 15, y a pesar que yo le respondía que sí, que este año eran 15, que el año que viene serian 16 y luego 17 y así hasta alcánzame a mí; la niña insistía y me pedía todos los días un regalo diferente a cuenta de los fulanos 15.
Como un corderito, caí en la trampa, terminé regalándole cuanta cosa “necesitaba”, desde ropa, zapatos, computadora, juegos de video, celular con música, un viaje (que yo fui con ella), etc, etc, etc. Además de recalcarme lo tonta que soy, porque sus amigas se han comprados esas cosas, con la plata que les regalan en la fiesta. Como diciéndome, es lo mínimo que puedes hacer.
Para completar, la familia preguntándome ¿Qué le vas a hacer a la niña el día de su cumple?, hasta mi papá que de 4 hijas que tuvo a ninguna le celebró 15 años, me salió con la preguntica. Esa parte no la entendí nunca, porque mi papá antes no era así y para muestra que ni mis hermanas ni yo, en los 15 años tuvimos fiesta, ni la mitad de los regalos que tuvo mi hija. El asunto es, que tuve que acceder a hacerle una cena de cumpleaños, con la familia en un lugar apropiado para que no pasara (como decía mi hija) por debajo de la mesa.
Cosas como estas, son las que me hacen pensar en dominar los pensamientos de mis hijos, no dejarlos que se dejen llevar por imposiciones sociales producto de su entorno, y que si alguien los va a dominar que sea yo y no otro (el imperio mismo ja ja ja ).
Pero ¿en qué colegio los puedo inscribir? Yo necesitaría un colegio ateo, que les enseñen que Dios no existe mas que en la mente de la gente y que si existiera, no dominaría a la gente al antojo de una religión. Además de ateo, el colegio debería ser humanista, capaz de enseñarlos a valorar el sentido de la humanidad, de la convivencia social, de respeto por el prójimo y un poco de socialismo bien llevado. Finalmente, el colegio debería tener un poco de doctrina feminista, para que puedan diferenciar a un pelele, y a mi hijo a enseñarlo a ser un verdadero hombre y no un patán.
Todo esto, yo lo intento hacer desde la casa, pero cuando salen de mi burbuja, son seres arrojados al mundo, y toman de éste, lo que ven. Cuando prenden el televisor, ni hablar, y de paso, usan internet en un 50% para chismear con las redes sociales a las que pertenecen. Pareciera, que tienen libertad, pero en realidad se están dejando llevar como corderitos al matadero.
La verdad, que hoy me siento desalentada y menos que nunca creo en la libertad de pensamiento, por lo menos mis hijos necesitan que yo los adoctrine, porque veo mal que se conviertan en esclavos de los estereotipos que yo nunca he querido ser.
Tampoco creo que mis ideas sean las mejores, pero menos lo son las del cristiano o el testigo de Jehová (y ellos enseñan a sus hijos a que sean como ellos). Lo que sí creo es que se vive más feliz en familia, si todos van conducidos por las mismas riendas y estoy clara que esto es lo más dominante que he podido escribir en mi vida. Por lo que si llego a ser presidenta redacto mi propia LOE (ya con esto perdí todos los votos), porque como madre necesito que mis hijos piensen igual a mí. Me estresa que sea de otra manera.

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