Abril, mes del libro

Aunque esto lo tenía planificado para el primero de Abril, el tiempo no me permitió abrir el mes, con el motivo a celebrar en estos 30 días siguientes.
Tal como el mes pasado,fue dedicado a la mujer, en abril se celebran el día del idioma y del libro. Por lo tanto, en mi blog he dedicado este mes a mis amantísimos libros, fuente de enriquecimiento intelectual, distracción, conocimiento, pasión, desahogo y libertad.

Los libros nos acompañan desde que nos iniciamos en el maravilloso mundo de aprender a leer; yo particularmente lo hice a los 4 años con el llamado Coquito, y desde que tengo uso de razón los he adorado. Recuerdo cada año escolar cuando mi papá llegaba con los útiles escolares, me encantaba hojearlos cerca de mi nariz y olerlos, tanto como leérselos a mis hermanos que aun no sabían leer.

El Primer libro que leí, se llama “El Hombre que Calculaba”, que fue un regalo de mi papá a los 11 años, creo que porque me escuchó decir que iba mal en matemáticas o porque no me gustaban. Lo que si recuerdo perfectamente, es como mi papá me hizo leer ese libro; todos los das llegaba y me preguntaba alguna episodio, pero no como interrogatorio, sino como anécdota. Para que de ese modo, me despertara el interés y la curiosidad y terminara de leerlo. La primera pregunta que me dejó perpleja fue: ¿viste como el carajo contaba las hojas de los árboles?, ¿tu podrías contar las hojas de ese árbol?; y bueno, una niña de 11 años con un reto como ese , tenia que leer el libro para poder si quiera saber si era posible contar las hojas de un árbol. Así me fue llevando por cada capitulo, hasta que culminé de leerlo.

Después del Hombre que calculaba, me asignaron leer “El Amor en los Tiempos de Cólera”en el liceo. (A los 11 ya estaba en primer año), y afortunadamente mi papá la había leído, así que fue fácil leerla porque cuando me perdía en esos juegos de tiempo que tiene la novela mi papá me centraba nuevamente en donde iba. Leer para mí ha sido un habito fácil de obtener, porque siempre he tenido el ejemplo de mi papá, quien todas las noches, manda a apagar los televisores y tomaba cualquiera de los libros que estaba leyendo (lee varios al mismo tiempo).

Cuando les pregunto a mis estudiantes cuanto tiempo le dedican a la lectura y corroboro que no leen libros, no leen periódico y me doy cuenta que ni siquiera leen los copy paste que hacen en los trabajos, me sorprendo negativamente. Porque he comprobado con mi propia experiencia que la lectura es el único viaje que nos puede llevar a la verdadera libertad, a la libertad del pensamiento, a la libertad del alma.

En mis momentos de más terrible soledad, de más tristeza y decepción; mis únicos compañeros y consejeros han sido los libros. Hoy en día cuento con una gran número de ejemplares (no tantos como yo quisiera), soy enemiga de las copias de libros, muchas veces he comprado un libro por un articulo o por un tema en especifico, pero prefiero eso antes de sacarle copia a un libro. Los tengo seleccionados por áreas y enumerados en una hoja de Excel, para cuando vaya a buscar alguno no perderme entre todos los que hay, allí también anoto a quien se los presto (aunque dije que prestaba ni un libro mas, porque ya se me han perdido muchos) y tengo un lote sobre el escritorio, que es el lote de los libros que no he leído.

Siempre cargo un libro en la cartera, y en cualquier momento que puedo durante el día le doy un vistazo. Hoy he cargado todo el día el libro llamado “Tecnología, Administración y Sociedad” de Peter Drucker. Este libro lo compró David recientemente y sin que el se diera cuenta me lo traje de su casa y hoy Drucker me acompaño mas de una hora en el banco y casi por tres en la peluquería. Les puedo decir que Drucker es excelente compañero, me mantuvo entretenida y no dejó que me aburriera y mucho menos que me cansara de espera.

Cuando termino de leer un libro, me queda una nostalgia tal como cuando se termia algo bueno, pero siempre tengo otro tanto de libros en cola por leer y la nostalgia dura poco. Entre los libros que mas me ha gustado leer están: Como agua para chocolate, (me lo regaló la Sra Ilce Block) el poder del ahora, Cartas de Simón Rodríguez, El Fugitivo (me los prestó y recomendó una alumna), Cartas de Manuela a Simón, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, La Caja, La Eva Futura, Dios es una Mujer, La letra Futura, La Feminidad (los cuatro últimos me los regaló David), entre otros que no recuerdo y sin nombrar los clásicos, de la literatura que son lecturas obligadas.

Creo que la lectura es el medio mas importante para aprender, y por eso en un mes como esté; comencé en la universidad un proyecto llamado “Circulo Universitario de Lectura”, el cual ha tenido altos y bajos, a causa de la poca participación y poco interés de los estudiantes por leer, sin embargo, existe un grupo de participantes interesados y que poco a poco irán propagando las actividades para cada día tener mas participantes convencidos de que los libros son un tesoro generador de conocimientos y de libertad.

Y que tal como dice el ministerio de la cultura: ¡El libro libera!