La mujeres, tenemos la manía de celebrarlo todo, recordamos fechas, aniversarios, nacimientos, el primer diente de nuestros hijos, el día que conocimos a nuestras parejas, en fin, nuestro cerebro está hecho para esos detalles que pueden ser necios muchas veces.
Es tan normal en las parejas escuchar a una mujer preguntando, ¿recuerdas que día es hoy? Como tan normal es que los hombres no lo recuerden.
También pasa, que por mucho que deseamos olvidar, las rupturas también las recordamos, el día que me dijo tal, el día que hizo cual y el día que pin y el día que pao.
Para mí, desde el mes de diciembre pasado se están repitiendo fechas de los acontecimientos vividos hace un año. Que si el fulano hizo esto, que si dijo aquello, que si se fue, que si volvió, que si se volvió a ir.
Tengo una sola amiga con la que hablo al respecto, de resto trato de no repetir pensamientos ni volver a contar la historia sin fin del engaño y la estafa que fui víctima. Muchas veces me he preguntado ¿Qué habría pasado si solo hubiese sido desengaño y desamor?, ¿si su retirada de mi lado no hubiese estado marcada por el robo y la estafa?, creo que eso es lo más difícil de olvidar, no por el valor de lo que se robó (que por cierto fueron a 2,15), sino por la traición a la confianza y al amor.
Lo importantes es que he sabido vivir conmigo misma, allá quienes no me soportan; lo lamento por ellos. Yo además de mi compañía no necesito a nadie, no me ahorcaré en cualquier palo por miedo a la soledad. Mis pensamientos son mi mejor compañía y escribir la mejor conversación que me procuro.
¿Olvidar? Imposible, es como olvidar un secuestro, un robo o una tragedia como la de Vargas. Es una etapa de mi vida que por muy curada que esté, existió, dejó heridas y aprendizajes que pasaron del odio al dolor, del sufrimiento a la resignación y de la aceptación a la memoria. Son un recordatorio de que todo pasa, de que el universo te quita lo que no te conviene y te devuelve con creces cuando sea necesario. El universo alejó de mí las miserias humanas de las que me había rodeados y me ha dejado con migo misma, me ha mostrado otras caras, otros sabores y me ha dejado elegir en una paleta de colores lo que verdaderamente me conviene.
En todo caso los recuerdos no me molestan, están en mi cabeza, vienen y se van cuando les da la gana, así como tampoco me molestan las personas que procuran que los recuerde y me entere de lo que hacen, me envían correos con fotos de matrimonios, de fiestas en familia, de viajes, en fin. Es un honor que me mantengan informada de todo lo que hacen, si se casaron si se fueron del país, si volvieron. Lo que si estoy segura es que no se cansan de leer este blog que tanto les molesta, y que me tienen tan presente como yo a ustedes.
No había tenido tiempo de desearles felicidad hasta que la muerte los separe, pero creo que este es un buen momento. Celebremos un año de mentiras y verdades descubiertas tapadas con más mentiras. Lo único que agradezco, es que ahora será otra a la que le tocará destapar la olla de las mentiras y descubrir las verdades que no se le han dicho.
Es tan normal en las parejas escuchar a una mujer preguntando, ¿recuerdas que día es hoy? Como tan normal es que los hombres no lo recuerden.
También pasa, que por mucho que deseamos olvidar, las rupturas también las recordamos, el día que me dijo tal, el día que hizo cual y el día que pin y el día que pao.
Para mí, desde el mes de diciembre pasado se están repitiendo fechas de los acontecimientos vividos hace un año. Que si el fulano hizo esto, que si dijo aquello, que si se fue, que si volvió, que si se volvió a ir.
Tengo una sola amiga con la que hablo al respecto, de resto trato de no repetir pensamientos ni volver a contar la historia sin fin del engaño y la estafa que fui víctima. Muchas veces me he preguntado ¿Qué habría pasado si solo hubiese sido desengaño y desamor?, ¿si su retirada de mi lado no hubiese estado marcada por el robo y la estafa?, creo que eso es lo más difícil de olvidar, no por el valor de lo que se robó (que por cierto fueron a 2,15), sino por la traición a la confianza y al amor.
Lo importantes es que he sabido vivir conmigo misma, allá quienes no me soportan; lo lamento por ellos. Yo además de mi compañía no necesito a nadie, no me ahorcaré en cualquier palo por miedo a la soledad. Mis pensamientos son mi mejor compañía y escribir la mejor conversación que me procuro.
¿Olvidar? Imposible, es como olvidar un secuestro, un robo o una tragedia como la de Vargas. Es una etapa de mi vida que por muy curada que esté, existió, dejó heridas y aprendizajes que pasaron del odio al dolor, del sufrimiento a la resignación y de la aceptación a la memoria. Son un recordatorio de que todo pasa, de que el universo te quita lo que no te conviene y te devuelve con creces cuando sea necesario. El universo alejó de mí las miserias humanas de las que me había rodeados y me ha dejado con migo misma, me ha mostrado otras caras, otros sabores y me ha dejado elegir en una paleta de colores lo que verdaderamente me conviene.
En todo caso los recuerdos no me molestan, están en mi cabeza, vienen y se van cuando les da la gana, así como tampoco me molestan las personas que procuran que los recuerde y me entere de lo que hacen, me envían correos con fotos de matrimonios, de fiestas en familia, de viajes, en fin. Es un honor que me mantengan informada de todo lo que hacen, si se casaron si se fueron del país, si volvieron. Lo que si estoy segura es que no se cansan de leer este blog que tanto les molesta, y que me tienen tan presente como yo a ustedes.
No había tenido tiempo de desearles felicidad hasta que la muerte los separe, pero creo que este es un buen momento. Celebremos un año de mentiras y verdades descubiertas tapadas con más mentiras. Lo único que agradezco, es que ahora será otra a la que le tocará destapar la olla de las mentiras y descubrir las verdades que no se le han dicho.