Shakira: Loba por fuera, corderita por dentro.

La primera vez que vi el video de la loba, -por supuesto que no entendí la letra, porque Shakira tiene la peculiaridad de que cuesta entender lo que canta- me dije: “ahora sí que se volvió loca esta mujer”.

¿Qué necesidad tiene esta mujer de desvestirse de esa manera?, ¿Quién le dijo a ella que le hace falta menearse así para tener éxito?. Me decepcioné.

Inmediatamente corrí a buscar la letra y mientras veía el video y leía. Entendí.

Me decía: bueno, es perdonable, que letra tan significativa, esto está muy bien.

Mientras a mi hermano le gustaba el video y no la letra, yo me recreaba del significado de lo que allí se dice, sin dejarme de lamentar por las tonterías de una artista que teniendo la fama garantizada en la pluma y la garganta, sale meneándose medio desnuda para asegurar un éxito comercial que “no le hace falta”.

¿Qué tengo yo en contra del desnudo? Todo, lo aborrezco y detesto, en la medida que se use para seguir demostrando que los hombres hacen con las mujeres lo que les da la gana, que nos comercializan, que nos tratan como mercancía, como instrumento de sus fantasías, y que mujeres como esta artista, tiene que mostrar lo que ellos quieren ver para poder vender discos.
He tratado de entender este video desde la letra, he tratado de abrir mi mente y justificar que era necesario hacerlo así para que tuviera sentido. Pero no.

Si a mí me tocara producir un video para esa canción, lo haría iniciando desde el closet, que se viera todo el proceso de la mujer vistiéndose para la batalla, tomaría el teléfono de los bomberos y me lo metería entre las tetas, y lanzaría unos condones en la cartera. Después aparecería en un bar, tomando un trago exótico y mirando por encima de la copa a cuanto tipo me gustara, que por cierto le quitaría la parte esa que dice que desea localizar soltero, porque qué sentido tiene, si vives con un caramelero y quieres portarte muy mal con algún caballero, ¿para qué andar seleccionando solteros?, en fin, luego pasaría a una pista donde muchos “caballeros” buenísimos se me acercan uno por uno, les hago una coquetería, lo alejo y agarro otro. Para finalizar en el cuarto con el caramelero (el tipo que solo le da caramelos), después de esa buena rumba.

Así se comporta una verdadera loba. Porque las que se montan en una tarima a bailar solas y provocar deseos, son otras. Que por cierto, son otro instrumento del machismo, que quiere ver y que le muestren y que está por encima de lo que pueda sentir una mujer bailando sola y provocando. Estas mujeres datan de una historia llena de injusticia en la que el hombre tenía el poder y el dinero y por lo tanto pagaba por lo que ellos querían ver, al mismo tiempo las juzgaban, las apartaban del mundo (como de hecho lo están) y no permitían que las mujeres que vivían con ellos (a las que solo les dan caramelos, tal vez), cometieran alguna insinuación en público.

Para completar, sale la corderita, digo Shakira, en entrevistas en las que no se atreve ni siquiera a gemir como lo hace en el video. Le da vergüenza hablar de la letra y de paso, explica que la connotación del video es sobre la libertad de la mujer, de mujeres que luchan por sus sueños, que salen todos los días a trabajar y que son echadas para adelante. Por favor!!!

Mató al tigre y después le tuvo miedo al cuero, corderita de día y loba de noche.
Particularmente, me parece una falta de respeto al público, canto lo que no soy, escribo lo que no me atrevo a ser, y de paso me considero feminista porque me atreví aunque en el fondo me dio pena.
Después se justificaba diciendo que todos tenemos una loba por dentro y le aseguraba al reportero “hombre” que el también tenía una loba (hembra) por dentro. Por favor, si los hombres son todos unos zorros que no pueden ver a una loba bailando porque no tienen que disimularlo, dicen francamente lo que les causa, se recrean y babosean maravillados de lo que reconocen que les gusta y va a venir ella a decirle que tiene una loba escondida a un hombre.
En realidad somos las mujeres las que no sabemos decir que nos gusta, que queremos hacer, y nos aterra lo que va a pasar si nos vestimos de loba a buscar un caballero. De paso, si sabemos de una mujer que lo hace, la demolemos y criticamos hasta la destrucción, descargando en la congénere todo el resentimiento de ver oprimidos nuestros deseos.

Pero como no quiero seguir siendo tan obvia, ser tan mujer criticando a otra mujer, no diré más. Solo se me ocurre hacerle llegar un mensaje a Shakira, para que se asesore con María Conchita Alonso, que indiscutiblemente se mete en sus personajes, si habla de una noche loca, actúa como una loca, no le da pena hablar de sexo, decir dónde y cómo lo hacía y menos cuanto lo disfruta.

En fin, no se trata de que lo correcto sea ser loba, sino, de tener libertad de ser lo que se quiere ser, de asumir sin importar el qué dirán, de no querer tener a dios y al diablo contento, sino de ser una misma y hacer las cosas por placer y no para complacer los deseos de otros. En realidad, insisto, si en las entrevista se hubiese comportado como loba, no me importaría tanto que saliera medio desnuda meneándose y gimiendo como lo hace, lo que no me parece es hablar de valores, de rectitud y mantener distancia, después de decir que tiene un hambre voraz