Esta blog es mi parlante entre el mundo, mi voz en letras, mi sentir en palabras y mi vida en digital.

¿En qué creen los que no creen?

¿En qué creen los que no creen?, es un trabajo científico y filosófico que Umbero Eco se propuso realizar, pero como buen investigador, no se queda con su única opinión y no quiere imponer la verdad que él defiende, por lo tanto, solicitó colaboración de Carlo María Martini, quien es un príncipe de la iglesia católica; para entablar conversaciones redactadas como cartas personales, donde se hacen preguntas mutuamente y se responden interrogantes, basándose en sus puntos de vistas y opiniones, muy diferentes por demás.
Umberto Eco, se define laico desde los 22 años, criado en esos primeros años de su vida en el seno de una familia católica, pero debido a sus inquietudes filosóficas particulares se vuelve laico después de los 22. Por lo que defiende la inexistencia de Dios y apuesta a que los valores no deben ser impuestos por la iglesia sino por el sentido común de los seres humanos, mientras que Carlo Martini como padre de la iglesia defiende los misterios de Dios, y justifica las acciones de la iglesia en ellos.
En este libro, Eco se reivindicó conmigo, debido a que en el primer libro que leí de él, dejaba a la mujer en segundo plano (o por lo menos así lo sentí yo), mientras que en este trabajo, dedicó todo espacio a plantear preguntas del porqué la iglesia a excluido a las mujeres del sacerdocio y de cómo se nos ha impuesto un papel pasivo; del porqué todos los miembros de la iglesia son del sexo masculino. Eco llega a reflexionar sobre los indicios que dio Jesús de igual de sexo y crea interrogantes sobre; si Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, como es que el hombre no puede procrear, mientras que la mujer si tiene ese privilegio; de cómo la iglesia y otras religiones que basan sus creencias en Dios, han considerado que la mujer es un ser mutilado (no tiene pene) y de cómo el sexo nos excluye de la vida religiosa, por ser nosotras provocadoras de los hombres.
A todas estas interrogantes, el Padre Martini alega que las razones vinieron dadas de manera misteriosa, debido a que así lo ha querido Dios y así se ha manifestado.
Resulta interesante, que a pesar de que cada uno tiene posiciones distintas, se hablan con mutuo respeto y comprensión en las opiniones, sin contradecirse y dejan abierta la posibilidad de que cada lector construya su propia definición de ética y moral.
Al finalizar las conversaciones con el padre Martini, solicitó opinión de dos filósofos y dos políticos para profundizar un poco en las temáticas y para que analizaran las opiniones de ambos. Los cuales resultan ser una especie de moderadores e interpretes de las opiniones católicas y laicas, sin imponerse, pero otorgando razón a quien la tiene. Para después Eco realizar una participación a manera de conclusión, donde establece la importancia de la ética y de la moral.
Coincido con Eco en que la ética y la moral no son producto de una imposición religiosa, sin olvidarse también que en nombre de la religión se han cometido horrores que atenten contra los valores y la razón, por otro lado, considero que la iglesia es producto de una época que no hemos terminado de desprendernos, aun en la postmodernidad, donde los hombres no encontraban respuesta a los sucesos que los acontecían y como única respuesta coherente estuvieron los misterios divinos.
Me identifico también en la postura de Eco, cuando habla de sus orígenes católicos, debido a que por tradición soy católica, pero las lecturas bíblicas me generan interrogantes y contradicciones que me hacen pensar en Jesús como una leyenda, en Eva como un mito y en Moisés como una solución al desorden. Sin embargo, producto de la costumbre, muchas veces me inclino hacia la divinidad de Dios y a los misterios que produce fe.

1 comentarios:

Alejandro Rodríguez dijo...

Saludos :D hace tiempo que no pasaba por acá, todo muy cambiado, plataforma blogger :D. Me gusta el cambio.

Personalmente elegí desde hace algún tiempo vivir en el ateísmo, ateísmo como en: "no creo en ningún dios porque no hay prueba de que exista alguno", y no como en "no existe ningún dios"; aceptar que hay cosas que no comprendo, que simplemente "no se", y no afirmar que sí se simplemente porque así lo creo, por fé.

El mundo es muy maravilloso como para andar desperdiciando la vida en mitos y leyendas para los cuales no hay evidencia alguna. De nuevo saludos y buenos deseos ;)

Publicar un comentario

Que tal, soy Gloria Carrasco, autora de este blog. He habilitado la moderación de comentarios para mantener el nivel en el contenido. Déjame tu comentario y en pocas horas aparecerá publicado.

De antemano, gracias por leer y comentar. Saludos.