Esta blog es mi parlante entre el mundo, mi voz en letras, mi sentir en palabras y mi vida en digital.

Historias de un Arrabal Parisino





Nuevamente Vicente Ulive-Schnell me trasnocha, esta vez, lo hizo con un libro que más que una novela, es una historia de vida, es más, es una autobiografía de parte de su vida.

Esta vez, he leído su “Historias de un Arrabal Parisino”, y nuevamente no pierde la costumbre de envolverme en la trama, por un lado me alejó de los libros seleccionados para leer en las vacaciones, que por cierto, están autores conocidos por él, como Nietzsche, Schopenhauer, Kant y Hannah Arendt.

Hubo una parte del libro, en la que Vicente comenta que los venezolanos normales no leen a Nietzsche y me dije: “tengo que comentarle a Vicente, que entre los libros que tengo seleccionados para leer en estas vacaciones está: Humano demasiado Humano de Nietzsche, y que paré mis lecturas de filosofía por leerlo a él”. Si yo fuera Vicente, me sentiría más que feliz que alguien me diga, dejé de leer a Nietzsche, Schopenhauer, Kant o Hannah Arendt, por leerme a mí. Y tengo que darle las gracias a John Manuel Silva que tuvo a bien enviarme el libro de Vicente, porque ya estaba aburrida de leer tanta filosofía repetida que no se a donde me lleva.

Aunque la lectura de la autobiografía de Vicente tampoco va a ninguna parte, es algo más divertida, ocurrente y moderna.

Si trato de buscándole el aporte que pueda tener esta lectura, diría que el libro representa una mirada a las vivencias de un venezolano, mas allá de las fronteras y más allá del continente, que es una reflexión sobre los pesares de un venezolano rebelde, que parece no tener sentido de la vida, pero que va mas allá de la norma, de las imposiciones, de la libertad que nos han hecho creer que tenemos y que busca desesperadamente una razón para vivir. Además es una fotografía transparente (que permite ver todo, no por traslucida) de la vida de un hombre, en la que se puede ver; su sentir, sus alegrías, pesares, sentires, aventuras, motivaciones, sueños y locuras.

Como buen hombre, Vicente inicia su libro comparando a París con una mujer, (mujeres, mujeres, para bien o para mal siempre estamos en la boca de los hombres) aunque con ello nos dice incomprensible, mentirosa, plástica (él usa las palabras concreto y cartón), para después refugiarse en la memoria y decirle a París que es una mujer, no sé si lo hace por esa costumbre masculina de culparnos de cosas que están en sus mentes, o porque ama tanto a Paris que la puede llegar a ver como a una mujer. Ojala fuera lo segundo. En fin no importa, el asunto es que, Vicente, aun escribiendo sobre París, lo siento como el típico caraqueño, que habla de su ciudad como si fuera una persona y esa persona es femenina.

Los caraqueños tienen esa costumbre, hablan de Caracas como alguien que tiene vida, es normal escuchar decir aquí, es que Caracas es así o Caracas es Caracas, Caracas es la mejor, Caracas es, Caracas tiene, Caracas puede. Mientras que yo estaba acostumbrada a escuchar, en Barquisimeto hay xyz, los caraqueños dicen: Caracas tiene xyz, en cualquier ciudad del país la gente dice: “en mi la ciudad pasa”, aquí dicen: Caracas hizo. El asunto es, que los caraqueños le dan vida a caracas como si fuera una persona, y Vicente hizo lo propio con Paris, no sé, si los parisinos son iguales a los caraqueños, pero puede ser que él, como buen caraqueño, se llevó su manera de referirse a la ciudad donde vive como si fuera gente.

Así que, al inicio del libro, cuando él comienza a describir la ciudad, se le escuchará o leerá decir: Paris es, Paris tiene, París hace. Así como pareciera que Paris es la culpable de sus males, y será también la culpable de sus alegrías y éxitos, cosas que seguramente un caraqueño no notaría raro, pero nosotros los que vivimos en el interior (como acostumbran a decir los caraqueños), no llamamos a nuestras ciudades como personas, sino como lo que son: ciudades, pueblos o provincias.

En ese describir de Paris, cuenta como decidió irse a vivir a otro continente, porqué París y no España o Miami, cuánto sufrió para aprender el idioma y cuáles eran sus planes iníciales y como fueron cambiando con el transcurrir del tiempo, pasando de la decisión de vivir la vida bohemia y estudiar filosofía (plan que me encantaba) a la de ser productor y guionista de televisión, un vago drogadicto (cosa que no se planteó nunca pero lo hizo), a la de escribir un libro que en efecto ya leí, y con ello convertirse en escritor.

Entre todos esos planes, estuvo siempre presente un plan que nunca cambió. Y ese plan era el de levantarse mujeres, yo particularmente, con lo que he visto de Vicente, jamás me imaginaría que esa fuera una dificultad en su vida, de hecho, creo que va por buen camino con esto de la escritura y por lo menos a esta morena treintañera (yo) la tiene levantada, pero los episodios en los que describe sus esfuerzos y sacrificios por lograr controlar a una mujer no dejaron de sorprenderme, y es que pocas veces se leen cosas de tanta sinceridad de parte del género masculino, y de los esfuerzos que un hombre debe hacer solo por obtener sexo. Tuvo que pasar desde, soportar los traumas de una mujer del primer mundo que antes de hacer el amor tenían que hablar hasta por los codos, así como mandarla a callar y decirle que no confundiera la liberación femenina con la seguridad que representaba salir viva de del Barrio Barbès, por andar diciéndole a todo el mundo que irían a hacer el amor y no tenían condones, practicar discursos en lengua extranjera y bailar salsa sensualmente a ver que levantaba; pero creo que nada de ello, le molestaba en realidad, es más, creo que lo describe solo para impresionar y lo logra.

No quiero hacer de este post un juicio a la vida de un personaje, aunque saber que estoy leyendo una historia de vida, se presta a eso y cuando se trata de hombres, que hablan de mujeres, no puedo dejar de meterle la lupa feminista y al respecto, lo que tenían que decir, ya lo dije. Y no se, si se trate de simpatía con Vicente, o que me ha tocado madurar a fuerza de golpes, sobre la aceptación de la masculinidad y la aceptación y el entender que aunque un tipo se lleve a su novia a otro país, es normal que la deje durmiendo en el apartamento, mientras el busca la manera de levantarse a una francesa. Tal vez, estoy llegando al punto inicial de las mujeres que dicen: es que él es hombre.

Pero, como dije antes, pocas veces se lee de la pluma de un hombre, tanta sinceridad como en la de Vicente, además que sus historias son envolventes, elocuentes, divertidas y ocurrentes. Como escritor, creo que el viajar a Europa le ha dado elementos importantes en su narrativa, que incluso me hizo recordar la narrativa de Lucia Extebarria en Beatriz y los cuerpos celestes, sobre todo, en los momentos en los que hablaba con sus compañeros de parranda, en donde los diálogos se salieron del caraqueñísimo que se encontraba presente en Caracas Cruzada, para presentarnos diálogos típicos de Europeos rebeldes.

Para culminar y ordenar mis ideas, tengo que resumir diciendo que se trata de una historia sobre las experiencias de un venezolano en el exterior, que a fuerza de trabajo y golpes, (a la venezolana, y esto quiere decir, divirtiéndose con todo lo que hace), logra consolidar un sueño, pasa por trabajos denigrantes, encuentra amigos del alma que después se da cuenta que no son amigos nada, se enfrenta a la policía y siempre compara todo lo que le pasa, a cómo pasan las cosas en Venezuela. Para bien o para mal, pero que asume que volver derrotado no es la mejor opción, así que opta entre pelar en Venezuela o pelar en Francia y se queda con la segunda.

Para seguirle enviando piropos a Vicente, cierro diciendo que esta autobiografía me hizo recordar la autobiografía de Günter Grass, en la parte que Günter hablaba de cómo comenzó a querer ser escritor, aunque éste autor, la hiciera después de sus éxitos literarios, premios de literatura y de haber acumulado una fortuna producto de sus publicaciones. Así que desde ahora, le deseo al mencionado escritor venezolano, los mismos o mayores éxitos de los que tiene Grass y porque no, espero leer luego otra autobiográfica de Vicente en la que a partir de este libro y otros que tenga por publicar, hable de la vida de un escritor exitoso que ya no fuma porros pero que sigue bailando salsa y tal vez, bebiendo ron. Sin embargo, no puedo negar que en la autobiografía de Grass cuando éste se casa y se recata, la historia se vuelve aburrida, al punto que termina su libro con los regalos de la boda, por lo que, tal vez no está mal que Vicente siga su vida a su estilo, para que la musa siga saliendo y los éxitos crezcan de este y todos los lados del planeta.

Beatriz y los Cuerpos Celestes



Escrito por Lucia Etxebarria; quien se convirtió desde hace dos años en una especie de “mi ídolo feminista”, después de leer de su autoría “La Eva Futura y La Letra Futura”. Desde entonces, he buscado en cuanta librería voy –y son muchas-, libros de la susodicha; hasta que por fin, en un remate de libros en Mérida por tan solo Bs. 6.000,00 (habría pagado cien mil) encontré uno de los 14 libros que ha escrito Lucia.

Acto seguido, dejé un marca libros en el que estaba leyendo (el Nombre de la Rosa de Umberto Eco), y desde el domingo de regreso a Barquisimeto (en el bus de Mérida) comencé a leerlo. Con suma curiosidad, mas que por la historia, por encontrar nuevamente en Lucia datos que me puedan ayudar a comprender esa la visión femenina de la autora.

La lectura fue todo un éxito, que por algo obtuvo el premio Nadal en 1998 y resultó ser -para mí- una mirada a un mundo del que me siento ajena; que va desde la prostitución, homosexualidad, drogadicción, esquizofrenia y hasta un poco de abandono infantil. Pero redactado de manera magistral, romántica, sensible, erótica, apasionada e inteligente al punto que es difícil imaginarse como la protagonista puede haber estado metida en ese mundo si gozaba de tengo léxico, dominio literal, en fin.

Se trata de una joven; enamorada del amor, inteligente al punto de ser clasificada por su psicóloga como superdotada; pero incapaz de sentirse querida por nadie. Radicando el problema en que ella misma no se sabía querer y que tampoco ella supo a quien querer ni manifestar su amor de manera clara. Estuvo siempre buscando en alguien una luz, una esencia, un espíritu que le hiciera sentir y que la complementara y en esa búsqueda estuvo ligada a dos mujeres y a un hombre, haciéndola ver como bisexual; cosa que ella misma jamás admitió porque para ella daba igual el sexo de quien llevara la esencia que ella encontraba en los seres que amaba. Entonces no importaba si era hombre o mujer.

Beatriz se enamoró platónicamente de Mónica, quien era una compañera de la escuela un año mayor que ella, -debido a que estaba repitiendo el año-, Mónica resultó ser la única persona que podía entender a Beatriz y que de alguna manera le salvó la vida, tras ella haberse cortado las venas por el desamor que sentía en su casa. Pero al mismo tiempo, Mónica la sumergió en una vida llena de prostitución, drogas y alcoholismo del que para poder salir debió marcharse a Edimburgo a estudiar Ingles y sobre todo para olvidar y rehacer su vida.

Allí pasa cuatro años estudiando y se consolida a vivir con Cat, una lesbiana radical –nunca ha estado con un hombre- que la ama por sobre todas las cosas, pero Beatriz no hace mas que compararla con Mónica, buscando esa esencia que encontraba en Mónica y no veía en ella; pero que por otra parte le ofrecía una satisfacción sexual que menguaba todas sus carencias. También, se enamoró de Ralp un chico de la universidad con quien a los 22 años sostuvo relaciones sexuales (por primera vez con un hombre), considerándose prácticamente virgen, pero no contándoselo a él. Ralp solo buscó en ella: sexo. Y descubrirlo le dolió mas de lo que ella misma se imaginaba, porque quizás con el llegó a soñar una vida normal de mujer (matrimonio, casa, familia), pero no tuvo la suficiente convicción para luchar por él y se conformó con un “no” que éste le diera mientras ella le pedía por teléfono ir a verlo, pero él se negó porque estaba trabajando en su tesis.

Una vez echado tierra a su historia con Ralp, quien representaba para ella un placer incomparable, la hacia sentir feliz y volaba en las nubes después del sexo con él; se aferró mas Cat y pudo sostener su vida en Edimburgo hasta terminar sus estudios y volver a Madrid a la que fuera la casa de sus padres. Dejando a Cat prácticamente en el aire, sin esperanzas de volver, sin promesas, sin compromisos, y sobre todo sola para rehacer su vida.

Inmediatamente al llegar a Madrid comienza a alucinar con Mónica y comienza una búsqueda introspectiva de su existencia. Logra dar con la madre de Mónica y ésta le cuenta que Mónica está en un sanatorio para drogadictos y tiene muchas reservas de darle la dirección, pero luego de darse cuanta de que Beatriz sería nociva para su hija le dice donde está.

Al verla, se sorprende de lo bien que está y sobre todo de lo cambiada; ya no es la misma Mónica luminosa que ella había idolatrado y que milagrosamente no tiene esa esencia que ella busca en los seres humanos. Se da cuenta que tuvo siempre a Cat, que haría todo por ella, mientras ella permanecía pensando en una Mónica que solo vivía en su mente. Le promete a Mónica que volvería a verla, pero ella no tenía la más mínima intención de hacerlo. Lo que si hizo fue llamar a Cat, para recibir la sorpresa de que estaba dormida y le respondiera el teléfono Asley, llamada por ella “una pequeña Zorrita”. Pero estuvo consciente de que ella había dejado a Cat sola y era su derecho. Sin embargo, se planteaba que la llamaría luego para invitarla a Madrid y termina con una frase que me gustó mucho, donde dice: No soy digna de que Cat entre en mi casa, pero una palabra suya bastará para sanarme.

Existen en el libro muchos detalles de la redacción que me gustan, sobre todo la manera plomada de hablar de Beatriz, las reflexiones que hace del papel de la mujer (propias de Lucia), sin embargo no me agrada que las chicas diferentes, alejadas a los estereotipos (no usan maquillaje, ni tacones y visten ropas holgadas) sean asociadas al lesbianismo. Cosa que me extraña de Lucia, porque ella rechaza los estereotipos, pero tal vez sin darse cuenta, esté construyendo uno para las mujeres que somos diferentes a las demás.

La historia es romántica, realista y raya en lo erótico y pasional, me recordó la historia de Rosario Tijeras, pero a diferencia estas jóvenes provenían de familias bien, mujeres (las madres de Beatriz y Mónica) con problemas sentimentales y desordenes psicológicos que pagaron sus enfermedades con el desequilibrio de sus únicas hijas. Beatriz y Mónica resultaron ser una de esas personas que uno cree que tienen todo en la vida, casa, dinero, buenas escuelas, padres adinerados; y terminan sumergidas en la droga, el alcohol, la prostitución y pare de contar, porque simplemente les faltó la esencia de la vida: “El Amor”

Contra el Método.

El libro "contra el método" de Paul Feyerabend es un esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Este autor ha encontrado en la filosofía anarquista una respuesta a los problemas de las ciencias, sin distinguir con ello las ciencias sociales de las naturales.

Feyerabend tuvo la capacidad de ver en las revoluciones científicas la rigidez con la que ha sido concebida la construcción Teórica, así como la interpretación de estas normas. Las cuales muchas veces han sido interpretadas para ponerle una camisa de fuerza al investigador y con ello a la ciencia.

Las afirmaciones del autor, hacen una mirada a la construcción científica en la historia y como sus principales pensadores han recurrido a diferentes métodos que posteriormente se convierten en constructos epistemológicos que generan metodologías, a seguir en las futuras construcciones científicas.

Sin embargo, demuestra mediante la revisión cronológica que cada teoría está impregnada de las sensaciones del investigador y por lo tanto, no considera posible que éstas se puedan separar de ellas.


En este sentido, la teoría que a su vez propone Feyerabend, es un método en el que todo se vale, debido a que la racionalidad, como ha sido concebida, desde las normas, reglas y preceptos de falsación, no proporciona los elementos que necesita la ciencia. Por cuanto, se requiere de la integración de todos los elementos que confluyen en los investigadores, desde sus conocimientos, las teorías previas que éste ha adquirido, la experiencia y sobre todo las sensaciones. Tal como lo hizo Galileo, para determinar que la tierra giraba en su propio eje, desafiando con ello todas las construcciones teóricas existentes para su momento, y obedeciendo a sus instintos, que previamente no tenían ningún tipo de justificación ni basamento; fueron entonces sus pensamientos, una interpretación natural, acompañadas de los sentidos y del razonamiento, debido a que unos no pueden ser separados el uno del otro.

Así mismo, el lenguaje forma parte de la posibilidad que tiene el investigador de explicar sus observaciones, debido a que “si no se sabe describir lo que uno ve, o si no se puede ofrecer la descripción, más que con vacilaciones, como si acabase de aprender el lenguaje en el que se formula”, y en esta búsqueda de un lenguaje que permita interpretar los hallazgos, la sociedad, puede interferir en la interpretación de los resultados, debido a que como con Galileo, la sociedad no estaba preparada para entender que un mundo que gira en su propio eje y que la caída de una piedra se perciba con una caída recta. Es por ello, que tanto el lenguaje como la sociedad, forman parte integradora en el saber científico, haciendo posible el proceso investigativo y la generación de conocimiento.

Pero, contrario a los aportes relacionados con la inteligencia social, Feyerabend considera que la ciencia puede ser percibida desde las sensaciones propias del investigador, y no necesariamente del entorno social, mientras que, si las sensaciones del investigador, no son comprendidas por el entorno social, es la sociedad misma que puede hacer que una teoría no sea aceptada.

El autor, compara la rigidez metodológica propia del racionalismo, con la obediencia de un perrito a su amo, hace que la ciencia se vea envuelta en una lucha de intereses y fuerza y no en argumentos. Que son consecuencia de la falacia científica, y para ello, la teoría del error, en la que todo se vale, es una posibilidad para la construcción teórica en la que el ser humano se libera por si solo y en ello, construye desde experiencias, sensaciones, visiones, y razones, su propio método investigativo.

Feyerabend, resulta para mí una salida al problema de identificación del método, debido a que en el proceso de construcción teórica que he venido desarrollando, no logro identificarme con ninguna epistemología del conocimiento y veo dificultad en hablar de la manera que lo hacen algunos compañeros cuando se autodefinen como empiristas, racionalistas o emergentes. Para mí, llegar a mi teoría, no está relacionado con el método como tal, sino con la teoría misma, que si después termino siendo racionalista, ya se verá, o si rompo los códigos de los emergentes, ya le buscaré un nombre para definir como lo hice. Pero a lo que a mí respecta, construir una teoría basada en lo femenino, viene de una sensación y no de una convicción y Feyerabend con su sentido anárquico de ver las cosas, me ha dicho que siga adelante.

Si Supieras

Como una niña vas corriendo sin saber a donde
Llevas los ojos vendados y los oídos tapados
... te diriges al sufrimiento

El camino tiene un olor especial y una sensación de plenitud que no puedes evitar
Te eleva, te arrastra, te envuelve … te engaña

Tu cara de felicidad es inminente
Y no puedes ver el engaño

No sabes nada
No te imaginas a dónde vas
Pero quieres seguir

No sigas
Detente, quédate allí
Disfruta esa sensación
Siente el placer
Vive el momento

Pero no sigas
No creas nada
No entregues mas
No arriesgues
Espera

No quieras aprender con el dolor
No pienses que a ti te va a pasar diferente
Duda de todo, duda de lo bueno
Nada que sea tan bueno puede ser verdad
Es mentira, te lo juro que es mentira

Dentro de poco podrás ver la realidad
Y hay mucho dolor que puedes evitar
Se inteligente
Usa la inteligencia que yo dejé en el camino y que nunca usé
Tómala para ti, te la regalo
Regálame tú, la felicidad de no ver a otra de nosotras llorar
Y menos por la misma miseria que ya hemos llorado tantas

El Amor las Mujeres y la Muerte

Este libro, es una recopilación de ensayos sobre estos temas, de Schopenhauer, la edición que yo obtuve pertenece a los clásicos de la filosofía, editada por Fontana y lo compré en la librería Libroria de las Mercedes en Caracas.

Desde el punto de vista feminista, no suma ningún elemento interesante, ni digno de estudiar, sino que todo lo contrario, le resta a una época y lo único que aporta son muestras de la situación insostenible y de desigualdad de la mujer para el siglo XVIII.

Pero para comenzar con la descripción del libro, quiero primero referirme a la relación de Schopenhauer con las mujeres, debido a que, por lo que reportan sus biografías, fue un hijo no querido por su madre y tuvo un solo amor sentimental, que además fue no correspondido. Esto, aunado a su particular pesimismo, nos puede hacer entender, el porqué apoyará a la sentencia de Napoleón I, de que “las mujeres no tienen categoría”. Dejándonos en menos de lo que pudimos haber sido consideradas en la filosofía griega, en la que por lo menos teníamos la misma categoría que los esclavos. Esa independencia femenina, que le dio el separarse de su madre a temprana edad y la no correspondencia de una mujer en el amor, marcaron el sarcasmo con el que posteriormente se refería a todas las demás, y posiblemente, la condición pesimista ante la vida, en la que el sufrimiento es lo único realmente existente, mientras que la felicidad y la actitud positiva son antinaturales.

El autor de la voluntad como representación, de alguna manera tiene explicación a la voluntad de vivir, por cuanto ese deseo sobrenatural de permanecer en un mundo lleno de defectos e imperfecciones, es una actitud más que positiva, masoquista.

Es importante referirme al aspecto de que el título no fue pensado por el autor, debido a que se trata de una recopilación de ensayos titulados de manera separada, el amor, las mujeres, la muerte. No siendo de ninguna manera una relación de lo que es el amor en relación a las mujeres ni las mujeres en relación a la muerte. Para Schopenhauer las mujeres no somos culpables de nada, ni siquiera de las desgracias masculinas y por eso apoya a Napoleón I, “no tenemos categoría”, y pensar en que las mujeres somos culpables de los males de un hombre sería mucho otorgarnos, para él, solo tenemos la función del hogar, de los hijos y pensar en derechos para nosotras es una tontería porque no sabemos ni siquiera pensar, al punto que no se nos puede permitir ni siquiera leer poesía.

Con este preámbulo, comienzo a describir los principales ensayos del libro, “el amor” para Schopenhauer es la pura representación de la voluntad de vivir, y esta voluntad, es la razón misma de vivir, pero que no explica por sí sola esta voluntad. Sin embargo, el amor es considerado por él, como un acto primitivo de reproducción y conservación de la especie, en la que la pasión denota su existencia, pero la misma desaparece con la consumación misma de la pasión y esto se debe a que una vez obtenidos los amantes el resultado de su relación ante la humanidad, y haber aportado los hijos que permitirán la continuidad de la existencia, ya la pasión puede desaparecer.

Así mismo, el amor es un disfraz de esa pasión, que se figura en pinturas, se escribe en versos, se representa en novelas, pero no es tal, debido a que esa voluntad de amar termina con la consumación misma del amor, y esto no es más que un espejismo de la suprema felicidad, que hace que los amantes se busquen unos a otros con las características que permitirán que la especie vaya en mejoría, con la unión de mujeres bellas con hombres fuertes, o bajas con hombres altos, de hombres inteligentes con mujeres graciosas, y que por esto la preferencia de los seres por sujetos sanos.

Sin embargo, esa alucinación que se produce en un hombre al ver a una mujer de su gusto, experimenta una desilusión y desengaño al satisfacer la pasión, y es solo la especie la que se satisface de esa pasión pasajera con la reproducción de los hijos. Por eso, la fidelidad es un mal invento, debido a que los hombres pueden procrear muchos hijos, mientras que las mujeres no y por otra parte, cuando muere la pasión por una mujer, puede despertar en otra, que por inventar cosas como el matrimonio y la fidelidad se ve reprimida la voluntad misma, de vivir.

Para el autor, el amor apasionado no es considerado como lo era en su época, un pecado, es más bien la voluntad de vivir, la voluntad innata de la especie, capaz de hacer que hombres y mujeres se profesen un amor eterno capaz de llevarlos a perder el deseo de vivir y por ende a la muerte, tal como Romeo y Julieta. Pero esa decisión de dejarlo todo por amor, no es un sentimiento que provenga del corazón y menos de la razón, sino del instinto de la especie por perpetuarse.

Después del amor, se presenta el ensayo relacionado con las mujeres, en la que el autor desata toda su pesimista pluma y por que no, todo su rencor hacia un genero del que no ha sido correspondido. En el que inicia diciendo textualmente “Solo al contemplar a una mujer podemos comprobar que no está destinada ni a los trabajos de la inteligencia, ni a los grandes trabajos materiales. Paga su deuda de la vida no solo con la acción, sino con el sufrimiento, los dolores de parto y las inquietudes que le proporcionan los hijos en su infancia; además tiene que obedecer al marido… su vida no está hecha para grandes esfuerzos ni para las penas o los placeres excesivos. (p.57)

Así continua, afirmando sin derecho a duda que las mujeres somos faltas de inteligencia y que solo somos aptas para la primera educación de los hijos, puesto que toda nuestras vidas es una eterna infancia, y que solo nosotras podríamos atender a los hijos, debido a que el jugar y bailar con los niños no es cosa de hombres.

Le atribuye a la naturaleza, nuestra belleza, gracia y perfección física, durante algunos años, con el fin único de conquistar a un marido que se haga cargo de ellas, alegando que debido a que la razón y la reflexión no nos habría servido de nada, la naturaleza nos ha dotado de las armas necesarias para asegurar la existencia, pero que tal como las hormigas pierden las alas después de la gestación, las mujeres después de dos partos perdemos nuestras armas de belleza que nos hicieron conquistar al padre de nuestros hijos.

Nos consideraba astutas, más no inteligentes, y esa astucia nos sirve (según él) como arma para defendernos de nuestra falta de raciocinio, reflexión e inteligencia, tal como un león se defiende con sus garras. Siendo nuestro único fin, alcanzar un hombre que nos de lo que nosotras ni por inteligencia ni por fuerza podernos alcanzar, y para ello nos valemos de la astucia, manifiesta en el fingimiento, el rodeo y la coquetería, lo que se traduce (textualmente) “en una monada”.

Duda en todo momento de nuestras capacidades, afirma sin derecho a replica que en toda la historia no hemos producido ninguna obra de arte, de literatura, ni nada original y que tanto Rousseau como los griegos tenían razón en no permitirnos entrar ni siquiera a la opera, por cuanto no podríamos apreciar una obra. Por lo que hablar de derechos de las mujeres es una posición enteramente falsa, para él, no debían existir consideraciones sobre damas y señoras, y la galantería y veneración que le manifiestan algunos hombres no es más que una hipocresía que nos ha hecho, arrogantes e impertinentes.

Se burla de las leyes que le otorgan a la mujer igual derecho sobre los bienes del marido, debido a que las colocan en igualdad de condiciones, pero le resulta una locura pensar que unos derechos otorguen beneficios, mientras que nada podría otorgarnos “razón”. Alegado que la ley debería otorgar además de derechos sobre los bienes, “razón viril”.

En resumen, Schopenhauer se desata contra las mujeres, describe cada uno de los defectos que él ve sobre nosotras, se burla de los derechos que se nos habían otorgado para la fecha y nos reduce a un mal necesario, que no hace más que servir para la continuidad de la especie.

Sin embargo, la indiferencia de Schopenhauer hacia las mujeres es tal, que no nos culpa de nada, como si lo hiciera San Agustín por ejemplo, al considerarnos culpables del pecado y la debilidad de los hombres. Según Schopenhauer, no tenemos categoría y por tanto, no somos responsables ni culpables de nada, el se muestra indiferente ante nuestra existencia, no servimos más que para traer los hijos producto de la voluntad de vivir, para ser admiradas cuando aun somos bellas, pero ni siquiera la perdida de la pasión de un hombre por una mujer es culpa nuestra, sino de la voluntad de vivir, que al conseguir los hijos se satisface y por ende se decepciona.

No estoy con esto experimentando una especie de masoquismo en el que prefiero que me peguen antes de que mi ignoren, sino que es de extrañar que un hombre con el pesimismo de Schopenhauer no busque el culpable mas a la mano que han tenido los hombres en la historia, “la mujer” y que a diferencia de los griegos y las doctrinas religiosas de su época, considere que es cuestión de la naturaleza los defectos que él observaba en las mujeres. Reduciéndonos con esto a un ser si categoría y en efecto, esto nos hace libres de toda culpa alimentada durante años y vigente en la mente de gran parte de la sociedad, aun en la actualidad.

Continua el libro con un ensayo sobre, la muerte, que es considerada por Schopenhauer como una necesidad de la naturaleza humana, por cuanto perpetuar la especie sería perpetuar un error hasta el infinito, por cuanto la humanidad es un cumulo de defectos y errores inservibles que de alguna manera se deben erradicar.

La muerte es entonces una oportunidad de corregir los errores humanos, en nuevas generaciones que nos sustituyan como las hojas nuevas sustituyen a las secas que se caen de los árboles y esa labor le corresponde a los jóvenes. No encuentra sentido en la eternidad y la inexistencia de la muerte no daría lugar a su teoría de la voluntad de vivir.

El libro contiene otros ensayos, relacionados con la política, la sociedad, la religión y el arte. Siendo todos ellos un explicar de la voluntad del hombre por la vida, en donde el arte es todo lo bello, la pintura lo mas maravilloso de la creación humana y la religión una excusa para reprimir la voluntad del hombre por la vida, una burla al instinto y un invento mal estructutado que ofende en sus intenciones de hacer hombres felices, que obedecen a una razón que va en contra de su instinto y su propia voluntad.

Una obra genial, que da paso a los grandes pensadores del siglo XIX, y que como filosofo de la época, marcó un momento, con una mirada futurista, capaz de entender el papel del hombre en la sociedad, en cuanto a la libertad y la religión, pero incapaz de ver en la mujer un ser humano que dos siglos después podría leer su filosofía y usarla para interpretar el pensamiento histórico en relación a la feminidad.

Disfruté mucho de esta lectura, el tono sarcástico de Schopenhauer lo convierte en uno de mis preferidos y encuentro en él elementos que marcaron el pensamiento de Nietzsche. Vale la pena leerlo.

El libro está disponible en este enlace: El amor, las mujeres y la muerte

I Encuentro Latinoamericano sobre Conocimiento Libre y Licenciamiento (EL CLIC)

Entre el 14 y el 30 de septiembre de 2009, tendrá lugar el I Encuentro Latinoamericano sobre Conocimiento Libre y Licenciamiento (EL CLIC), evento que será realizado completamente en línea y libre de costo alguno para sus participantes.

Este primer Encuentro Latinoamericano, tiene como principal objetivo compartir, ampliar e integrar experiencias en el camino hacia la definitiva transformación de la sociedad, a partir de la reflexión en torno al hecho tecnológico y la dinámica elaborada desde cada espacio en la construcción de propuestas para el rescate y ejercicio de una verdadera tutela jurídica alrededor del conocimiento como bien público. Las áreas temáticas son: a) Licencias Vs Patentes, b) recursos educativos abiertos, c) Software Libre y licenciamiento, d) Conocimiento libre y Educación, e) Consideraciones tecno políticas a la liberación del Conocimiento, f)El necesario proceso de sensibilización hacía la liberación del conocimiento, g) Licenciamiento una visión desde la ética de la otredad.


Las fechas importantes son:

Recepción de ponencias: del 02 de agosto al 21 de agosto

Evaluación de ponencias: del 22 al 29 de agosto 2009

Publicación de ponencias aceptadas: 01 de septiembre

Inicio del evento: 14 de septiembre

Cierre del evento: 30 de septiembre

Entrega de certificados en línea: A partir del 12 de Octubre


La manera de participar es:

Como Colaborador: registrándote en la red social del evento (http://radecon.cenditel.gob.ve/) y aportando ideas y ayuda en alguna de las tribus conformadas en las diferentes áreas organizativas.

Como Ponente: enviando tu material con contenidos vinculados a las áreas temáticas propuestas según las bases de participación establecidas por el comité organizador. (http://radecon.blog.cenditel.gob.ve)

Como Participante: simplemente registrándote en línea (http://eventos.cenditel.gob.ve/) y participando en todas las actividades propuestas.